El Presidente de Malta visita el Monestir de la Valldigna

Hoy he desayunado con una noticia aparentemente desprovista de interés local: el Presidente de Malta visita el Monestir de la Valldigna:
http://www.diariocriticocv.com/noticias/el/presidente/de/malta/se/reune/con/descendientes/malteses/en/valencia/not18492.html

y hace alusión a los numerosos apellidos que aún hoy se mantienen en estas tierras (como en el resto de la España mediterránea y en todo el Mediterráneo) de origen maltés derivados de la inmigración, dedicados en su mayor parte al comercio de algodón y tejidos. El Bajo Vinalopó (Elche, Crevillente, Aspe…) fue una de las zonas de asentamiento de malteses y hoy sabemos que apellidos relativamente frecuentes (como los Magro, Caruana, Español…) tienen con toda probabilidad confirmado su origen maltés. Y mira por donde ayer me llegaron algunas publicaciones de Gonzalo Martínez Español Encargado del Bibliobús y navegante maltés por más señas, para ir subiendo al blog y una de ellas es precisamente La comunidad maltesa en las tierras meridionales alicantinas, tras la medianía del siglo XVIII, publicado en la Revista del Vinalopó nº 12, 2009 en la que se investiga con detalle las causas y las condiciones de vida de la población maltesa.

Aunque el artículo completo (a falta de imágenes, todo hay que decirlo) está enlazado en el título, no me resisto a reproducir los capítulos dedicados a Elche, Crevillente y Aspe:

Elche.
El número de malteses instalados en Elche en 1771, era sensiblemente inferior a Alicante u Orihuela, consignando únicamente a 4 isleños. Juan María Grech y Joseph Grech hermanos, que comparten tienda y estaban casados con maltesas residentes en el archipiélago[1], más Pedro Abela y Salvador Farrucha mancebos, que asimismo regentaban tienda compartida[2], todos ocupados en el menudeo de telas.
Paulatinamente se irían incorporando nuevos negociantes malteses al vecindario ilicitano, a la vez que otros abandonaban la villa. Ateniéndose a la normativa dictada el 17 de octubre de 1774, Pedro Abela, Salvador Mallia, Salvador Farrucha y Cayetano Chantar realizan una fianza mancomunada responsabilizándose unos por los otros, y adquiriendo la obligación de no abandonar su domicilio sin el pertinente permiso[3]. Asimismo, las actas capitulares ilicitanas registran varias peticiones de avecindamiento por parte de malteses, así Juan Aquilina solicita instalarse en el municipio en 1780, Joseph Zamit cursa su petición en 1784, o Francisco Busotir y Vicente Rotí en 1788[4].
El padrón del Equivalente de 1780 nos permite emplazar la tienda de Salvador Farrucha en la calle de las Barcas[5]. El padrón del año 1793 inscribe a Cayetano Gerada ubicado en la calle San Roque, a Pedro Sicluna en la calle Troneta, y a Francisco Busetir y Vicente Rotí, instalados en comandita en la calle del Carmen[6].
El recuento de extranjeros de 1791, apunta un incremento de malteses en la villa, contabilizando 11 oriundos de Malta. De este grupo, 9 estaban ocupados en el menudeo de lienzos y telas, y 2 eran marineros licenciados que regentaban una tienda de comestibles[7].
Un listado de comerciantes ilicitanos que se elabora en 1805, con el fin de conocer el volumen de capitales invertidos en el uso mercantil, censaba 74 comerciantes en la villa sin especificar la nacionalidad, siendo al menos cinco malteses[8]. Los datos recabados reseñan que los isleños invertían reducidos capitales en sus negocios:

COMERCIANTES MALTESES Y CAPITALES EN USO
Vicente Rotí de Badia 5.2[00] reales
Francisco Busetti 15.0[00] “
Joseph Zamit 12.000 “
Cayetano Gerada 9.0[00] reales
Joseph Gerada 7.500 “

A principios del siglo XIX, la presencia maltesa en Elche va minorándose, únicamente hallamos 5 isleños avecindados en 1807[9], Vicente Rotí, Salvador Gerada, Cayetano Gerada, Francisco Busetín y Salvador Farrucha. Un cómputo posterior confeccionado en 1820, constata la tendencia decreciente, tan sólo 4 malteses, 3 eran vecinos moradores en el caserío de Santa Pola y 1 en la villa de Elche. De ellos, tres permanecían arraigados más de 27 años en el término municipal, Salvador Busetil, Salvador Gerada y el veterano Salvador Farrucha, con 53 años de estancia en estas tierras[10].

Aspe.
La normativa de avecindamiento de 1771, sitúa a Francisco Veneciano ejerciendo el mercadeo de telas, instalado en Aspe desde 1769, desposado con Ana Spiteri, que residía en Malta[11]. En 1776 Veneciano se mantiene en la villa, ya que viene registrado en el listado de vecinos que contribuyen al pago del Equivalente en dicho año[12]. En algún caso, el comerciante maltés no se ceñía a la venta de géneros textiles, sino que despachaba productos reservados a los monopolios de las tiendas señoriales o municipales, viéndose implicado en denuncias judiciales. Tal hecho le acontece a Francisco Veneciano, que tenía abierto pleito por parte del administrador señorial del duque de Arcos, al vender en su tienda azúcar, alfileres, etc.
Unos años después localizamos a Juan Aquilina, probable pariente de Jaime Esquembre, que tenía alquilada una habitación o retazo de tienda en 1778, hallándose cerrada, y en paradero desconocido cuando se confeccionó la matrícula[13].
Jaime Esquembre Aquilina arraiga en Aspe en 1780 procedente de Novelda, año en que había contraído nupcias con María Veneciano, hija de Francisco. Su comercio de telas obtuvo una notable prosperidad en la localidad, a tenor del amplio patrimonio de bienes rústicos y urbanos que inscribe como propietario en los registros notariales de 1783 a 1820. La calle donde tenía instalada su tienda comenzó a denominarse como “calle del Maltés”, nominación que tuvo carácter oficial hasta el año 1942, en que cambió su nombre por la actual calle de Antonio Soria[14].
Juan Español Galia aparece radicado en la población en 1799. Contrae nupcias con Ana María Veneciano, convirtiéndose en cuñado de Jaime Esquembre. Al enviudar, se casa en 1818, con Ana María Esquembre Veneciano, hija de Jaime
Esquembre, pasando a ser suegro y yerno respectivamente, además de cuñados. Al igual que sucedió con Jaime, su tienda de tejidos alcanzó una gran celebridad comercial, lo que le permitió adquirir un cuantioso patrimonio rústico y urbano. En 1826 formaliza cartas matrimoniales, cuantificando las pertenencias aportadas al matrimonio con Ana María Esquembre, cuyos bienes dotales importaban 77.910 reales, valorándose los géneros de su tienda en 41.000 reales, más 12.000 reales en efectivo para compra de mercancías[15].
La relación de 1801[16] anota tres malteses afincados en Aspe, Jaime Esquembre, Juan Español, y Lorenzo Attard, omitiendo a Salvador Attard y José Bonavía[17]. Cuatro años más tarde la matricula relaciona a los anteriores y omite a Juan Español[18]. En 1806 y 1807 permanecen domiciliados 6 malteses en la villa, todos ocupados en el mercadeo de telas, si bien, a Jaime Esquembre se le califica como labrador hacendado. Junto a los anteriores se consigna a Ángel Bonavía[19], que está establecido en el municipio unos años.

Crevillente.
La relación de extranjeros de 1801 recoge 4 malteses. Vicente Magro, casado con la crevillentina María Josefa Candela, comerciante de ropas, con 15 años de residencia en Crevillente. Francisco Magro, soltero, afincado 15 años en Crevillente, asimismo dedicado a la venta de telas. Miguel Abela, casado con española, reside en la villa en torno a 21 años y Salvador Scerri, desposado con española, y desde hacía 2 años trabajaba como labrador, anteriormente era vendedor de ropas[20].

Como adorno a tan interesante tema, algunas notas sobre malteses:
http://www.amigosdemalta.es/apellidos.htm
Artículo De Malta a Valencia, un viaje sin retorno:
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2010/05/30/malta-valencia-viaje-retorno/709879.html

Anexo: Mapa de malteses en la CV:
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2010/05/30/grafico-raices-maltenses-tierras-valencianas/709993.html

[1] A. M. E. Protocolo nº 956, Jerónimo Ruiz 1762-1774. Escritura de renuncia de Fuero. Elche, 3 de diciembre de 1771, fol. 28 /v
[2] Ídem Escritura de renuncia de Fuero. Elche, 17 de febrero de 1771. fol. 1/v
[3] Ídem. Obligación de Pedro Abela y otros malteses sobre permanecer en su domicilio. Elche, 14 de diciembre de 1774, fol. 69/v.
[4] A. M. E. Libros de Cabildos a/110 doc. nº 30 (1780), a/114 doc. nº 13 (1784), a/118 doc. nº 11 y 13 (1788).
[5] A. M. E. Legajo H/ 96 doc. 6. Reparto del Equivalente año 1780.
[6] A. M. E. Legajo H/98 doc. 3. Reparto del Equivalente año 1793.
[7] A. M. E. Legajo H/59 doc. 12. Relación de extranjeros residentes en la villa de Elche en 1791.
[8] A. M. E. Legajo H/44 doc. 6. Relación de los comerciantes al por menor y por mayor de esta villa y los capitales que hacen uso mercantil. Elche 11 de mayo de 1805.
[9] A. M. E. Legajo H/ 59 doc. 12. Matrícula de Extranjeros residentes en Elche en 1807. Elche, 29 de mayo de 1807.
[10] A. M. E. Legajo H/105 doc. 8. Estado de los extranjeros que residen en la villa de Elche y caserío de Santa Pola en el año 1820.
[11] A. M. O. Legajo D-1.940 documentos 78 y 106.
[12] A. M. O. Legajo D-442, doc. 15. Padrón del Equivalente de Aspe, 1776.
[13] A. M. O. Legajo D-140 doc. 191. Matrícula de extranjeros, Aspe 21 de noviembre de 1778.
[14] Se puede ampliar información sobre los malteses en Aspe ene. artículo: MARTÍNEZ ESPAÑOL, Juan, Marco Antonio y Gonzalo. “Los malteses en Aspe a finales del siglo XVIII: los Veneciano, Esquembre, Español, Attard, Bonavía y Caruana”. Revista la Serranica nº 42. Aspe, Ayuntamiento 1998.
[15] A. M. N. Protocolo de Hernández Pérez. Cartas matrimoniales de Juan Español y Ana María Esquembre. 1826, fol. 184.
[16] Hemos constatado que algunas matrículas de extranjeros no anotan a la totalidad de malteses afincados en Aspe, localizados mediante documentación notarial. Quizá se deba al hallarse ausentes en el momento de redactarse el listado y tal circunstancia sea extensible a otros municipios.
[17] A. M. O. Legajo D-1944, doc. 14. Relación de extranjeros residentes en Aspe. Aspe, 23 de diciembre de 1801.
[18] A. M. O. Legajo D-1944 doc. 57. Relación de extranjeros residentes en Aspe. Aspe, 29 de enero de 1805.
[19] A. M. O. Legajo D-1944 doc. 70 y 80. Relación de extranjeros residentes en Aspe. Aspe, 23 e enero de 1806 y 12 de enero de 1807.
[20] A. M .O. Legajo D-1.944 doc. 15.

PANORAMA-ACTUAL – Lunes 09 de octubre de 2000 a las 02:43 h.

El acto fue organizado por el alcalde de Tavernes de la Valldigna, Eugenio Pérez Mifsud, fruto del encuentro que mantuvo el pasado mes de mayo con el embajador de Malta, Carmel Aquilina, durante la celebración del Congreso Internacional sobre Patrimonio y Comunicación en el monasterio cisterciense. Los antepasados del alcalde, al igual que otros habitantes de la Valldigna, eran comerciantes de telas que recalaron a finales del siglo XVIII en este municipio y en otras poblaciones de la costa mediterránea española como Cartagena, Alicante y algunas de Andalucía. Unos 2.000 valencianos son de origen maltés. El Jefe de Estado de Malta aprovechó su estancia estos días en España, invitado por el Rey Don Juan Carlos con motivo de la inauguración en Toledo de la exposición sobre el V centenario del nacimiento de Carlos V en Toledo, para visitar las tierras valencianas de la Valldigna acompañado de su esposa, Violet de Marco. Guido darlos V en Toledo, parañana en Valencia a una misa en San Juan del Hospital, iglesia del siglo XIII cuya titularidad fue de los Cabellos de San Juan de la Orden de Malta. Posteriormente visitó el municipio de Xátiva (Valencia), donde visitó la casa-palacio de Hypolito Sanc, Caballero de la Orden, que fue defensor de la isla durante el gran asedio de los turcos de 1556 y tras el que escribió el poema épico «La Maltea». Guido de Marco mostró su satisfacción por la cantidad de españoles que hay con antepasados malteses. «Esta visita nos ha hecho darnos cuenta de que Malta ha sido un país de navegantes y mercaderes que en el siglo XVIII navegaban por los pueblos cercanos, y su presencia en el mundo en la actualidad es muy grande», manifestó. El alcalde de Tavernes de la Valldigna, Eugenio Pérez Mifsud, destacó que desde 1599, con la visita al municipio de Felipe III, ningún dignatario de Malta había regresado a las tierras valencianas, e hizo entrega al máximo representante de la isla mediterránea de la medalla de oro de la ciudad. El encuentro concluyó con una recepción a las familias descendientes de malteses en la almazara del monasterio de Santa María, y el compromiso de la creación de una asociación hispano-maltesa para estrechar las relaciones entre España y Malta.